La diabetes mellitus es uno de los principales padecimientos crónicos-degenerativos que está afectando a México. El mal control de este padecimiento, puede generar múltiples complicaciones, que repercuten en la calidad de vida de los pacientes, entre ellas una de las mas incapacitantes es la neuroartropatia de Charcot, está es una enfermedad articular degenerativa, crónica y progresiva que afecta a una o más articulaciones de los miembros inferiores y se desarrolla como resultado de un daño nervioso periférico (neuropatía periférica) asociado a alteraciones vasculares (insuficiencia vascular) y se desencadena en pacientes con mal control diabético o pacientes con diabetes de larga evolución, principalmente posterior a un traumatismo, como un golpe, torcedura esguince o fractura del pie o tobillo.
Las estadísticas muestran que del total de los pacientes diabéticos, tres cuartas partes de ellos desarrollara una neuropatía periférica del cual una tercera parte presentara una artropatía de Charcot, el daño a los nervios, o neuropatía, conduce a la pérdida de sensibilidad en los pies, los pacientes ya no pueden sentir cuando algo ha irritado o incluso perforado la piel, la lesión inicial puede ser tan pequeña como una ampolla y progresar a una infección grave en cuestión de días. La afección muscular motora se caracteriza por debilidad y desequilibrio, lo que ocasionara deformidades tanto del pie como del tobillo, así como deformidades de los dedos de los pies, dedos en garra, dedos en martillo, incluso la presencia de ulceraciones o callosidades de difícil manejo.
La asociación de la neuropatía e insuficiencia vascular, ocasiona una debilidad ósea provocando desintegración y fracturas que pueden pasar desapercibidas debido a la insensibilidad, por lo que el paciente continúa caminando sobre el pie lesionado provocando fracturas y afecciones articulares de mayor gravedad.
El curso de esta artropatía sucede en 3 etapas, la primera denominada de “Desarrollo y Fragmentación”(imagen 1) con duración aproximada de 3 a 4 meses, ocurre posterior a un traumatismo el cual pudiera ser leve para la apariencia clínica que se desarrolla y se observara clásicamente una inflamación importante, pie roja, brillosa y caliente, que pudiera ser asintomática, en las radiografías no habrá cambios significativos o indicios de fractura, lo que podría poner en duda el diagnostico de la artropatía en las etapas tempranas.
Con la progresión y la atención inadecuada se llegara a la segunda etapa que se denomina de “Coalescencia”(imagen no.2) donde habrá fragmentación ósea y se podrá observar la aparición de deformidades en el pie y tobillo, habrá una disminución de la inflamación y alteraciones de la piel, e iniciara un proceso de consolidación de los huesos con deformidades residuales, este periodo dura alrededor de 8 a 12 meses.
La etapa final denominada “Reconstructiva o de Consolidación” (Imagen no. 3) donde se observara la deformidad final del pie o tobillo, radiográficamente se observan datos de consolidación ósea y se corroborara la deformidad residual por la fragmentación presentada, la apariencia característica es de un pie en mecedora donde hay descenso o inversión del arco del pie, así como ensanchamiento del pie y prominencias óseas, lo que ocasionara dificultad para el uso de calzado, ulceraciones o fistulas que pueden complicarse con infecciones y llevar hasta la amputación del pie.
El diagnóstico en cualquiera de las etapas requerirá de diversos estudios tanto sanguíneos para evaluar el control metabólico y descartar otras causas como procesos infecciosos o tumorales, así como estudios radiológicos desde una radiografía simple como estudios más especializados e incluso de medicina nuclear, pero sobre todo requieren de la adecuada exploración y evaluación del especialista.
El tratamiento de esta complicación dependerá de la etapa en la cual se haga el diagnostico, en etapas tempranas, se basa en la prevención del desarrollo de deformidades por medio de ortesis, yesos o calzados especializados, manejo farmacológico y control metabólico, en etapas avanzadas, dependiendo de las deformidades o complicaciones asociadas de acuerdo a la valoración del especialista se puede optar por un manejo conservador con uso de plantillas, ortesis o modificaciones del calzado hasta un tratamiento quirúrgico para la remoción de prominencias óseas hasta la reconstrucción del pie y tobillo.
El tratamiento integral de esta patología requiere de un manejo multidisciplinario definitivo, para el control metabólico adecuado, el manejo vascular, ortopédico y de rehabilitación. La prevención de esta grave complicación radica en el control metabólico y en la evaluación rutinaria y vigilancia de los pies, tanto por el paciente como periódicamente por el especialista.
Si tu eres diabético de larga evolución, o presentas mal control de tu enfermedad y tienes disminución de la sensibilidad de las piernas o de los pies, has perdido fuerza o presentas desequilibrio de los miembros inferiores, presentas deformidades adquiridas en los dedos, en el pie o tobillo, tienes cambios de coloración o aumento de volumen acude a valoración, podrías ser propenso a una artropatía de Charcot, estar en etapas iniciales de la misma, o presentar secuelas de está.
La prevención es tu mejor herramienta, acude con el experto, tenemos la solución para tu problema, podemos prevenir que llegues a la amputación de tu pie.
REFERENCIAS
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