Hablar de obesidad en tiempos de contingencia abre dos aspectos relevantes:
1. La presencia de obesidad y sus complicaiones, aumentan el riesgo de mortalidad frente a la enfermedad por COVID-19.
2. Debido al aislamiento destinado a contener y mitigar la propagación de COVID-19, ha generado en la población infantil como en los adolescentes, tener mayor tiempo de sedentarismo, alto consumo de alimentos no convenientes con alta densidad energética, mayor número de tiempos de comida, desajuste en los horarios y rutinas del sueño, etc.
La obesidad es sin duda, un problema de salud mundial en crecimiento, según los datos estadísticos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018 de nuestro país, indican que el 22.4% de la población de 0 a 4 años se identifica con riesgo de sobrepeso. En la población de 5 a 11 años de edad aumento la prevalencia de obesidad a 17.5% frente a 14.6% en el 2012. Y en la población de 12 a 19 años de edad aumento la prevalencia de 34.9% (2012) a 38.4% (2018).
Debido al impacto en el aumento de la prevalencia de obesidad infantil y sus complicaciones son ahora problemas de salud global ya que esto se traducirá en el empeoramiento de la población adulta ocasionando: enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, complicaciones renales, hígado graso no alcohólico, apnea obstructiva del sueño, síndrome de ovario poliquístico, infertilidad, complicaciones ortopédicas, cáncer, entre otros trastornos.
La obesidad se define en términos generales como una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal que surge principalmente del desequilibrio de energía calórica. La sobre alimentación provoca una respuesta inflamatoria incontrolada que conduce a complicaciones metabólicas.
En ciertos estudios realizados en Estados Unidos, refieren que durante las vacaciones de verano los niños consumían menos verduras, más azúcar agregada y veían mas televisión ocasionando ganancia de peso acelerada e incremento en el Índice de Masa Corporal (IMC), reflejando estos estudios con los estilos de vida que se están llevando hoy en día por el aislamiento en casa tenemos como resultado cambio en los hábitos y rutinas, teniendo gran impacto en el estado nutricional de niños y adolescentes aumentando el porcentaje de la masa grasa corporal dando como resultado sobrepeso u obesidad.
Tipos de alimentos relacionados con la obesidad
Bebidas azucaradas: carece de buen aporte nutricional y la cantidad de azúcar supera lo sugerido para la población infantil, como también es energía liquida causando saciedad y disminuyendo la ingesta de alimentos saludables. Se a demostrado en ciertos estudios que el consumo de 16 onzas de estas bebidas durante 6 meses aumenta el riesgo de Síndrome metabólico e hígado graso. La reducción de la ingesta de refrescos se asocia con menos aumento de peso.
Jugos de fruta (natural o industrializados): En muchas ocasiones se consideran como bebidas “saludables”, sin embargo, pierden sus propiedades nutricionales, aprovechando generalmente la fructosa (azúcar de la fruta). Se consideran otra fuente de azúcar concentrada.
Leche de vaca: es una bebida con buen aporte nutricional que contiene nutrimentos clave para el crecimiento de los niños. Sin embargo, se ha demostrado que grandes ingestas de leche esta relacionado con la ganancia acelerada de peso
Cereales industrializados: Estos se caracterizan por tener gran contenido de azúcar añadida para hacerlos mas aceptables al paladar.
Comida rápida: estos alimentos generalmente tienen gran consumo de grasas ya que suelen ser alimentos fritos, empanizados.
Por otro lado, se ha visto que el desajuste en los horarios de sueño, provoca que se aplace la hora de este condicionando que se levanten tarde para compensar el sueño perdido, cambiando las rutinas de los tiempos de comida, en ocasiones provocando ayunos prolongados o bien en pocas horas realizar los tiempos de comida que se hacían normalmente en el transcurso de todo el día y con esto tener un factor más que condicione sobrepeso u obesidad.
Recomendaciones nutricionales
- Evitar bebidas azucaradas o agregar azúcar en cantidades excesivas
- Es importante recalcar que los infantes de 0 a 2 años no se sugiere el consumo de azúcar de ningún tipo, se sugiere evitar bebidas industrializadas o alimentos que contengan azúcar añadida.
- Consumir fruta en pieza en lugar de jugos de fruta.
- Promover la lactancia materna ya que se ha demostrado en los lactantes alimentados con leche materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida tienen menor riesgo de presentar sobrepeso u obesidad en la infancia o adolescencia
- Moderar el consumo de leche a 2 tazas al día. Preferir leche con menor consumo de grasa como la leche semidescremada
- Iniciar la Alimentación complementaria con los alimentos adecuados
- Se sugieren cereales como avena en hojuela, amaranto, quínoa, trigo, arroz, maíz, y disminuir el consumo de cereales industrializados.
- Mejorar la hora de sueño nocturno
- Aumentar la actividad física en casa
La pandemia de COVID-19 tiene efectos colaterales que se extienden más allá de la infección viral directa. Los niños y adolescentes que luchan contra la obesidad se colocan en una desafortunada posición de asilamiento que crea un ambiente desfavorable para mantener un estilo de vida saludable, sin embargo, es tarea de todos mejorar en la medida de lo posible los estilos de vida, brindar apoyo y ayudarlos con nuestro ejemplo ya que muchos niños imitan a sus cuidadores.
No se trata de restringir gran cantidad de alimentos se trata de aprender buenos hábitos de alimentación para poder disfrutar todos los alimentos. Acude con un profesional de salud para realizar los ajustes necesarios en su alimentación.